viernes, 13 de abril de 2007

El túnel

Un hombre se entrega a la Policía tras asesinar a una mujer a cuchilladas

El famoso pintor Juan Pablo Castel de 38 años confesó en la Comisaría de Recoleta el asesinato de María Iribarne, de 54, a quien mató a cuchilladas en una estancia ubicada a 4 horas de la capital porteña. Un velo de misterio envuelve esta historia.

Los agentes encontraron a la mujer en el dormitorio que ocupaba en la estancia familiar. Se encontraba todavía en la cama, acostada boca arriba y según los resultados de la autopsia las causas del deceso deben ser atribuidas a reiteradas cuchilladas en el pecho y el vientre, al parecer producidas por arma blanca, cuyas marcas coinciden perfectamente con el cuchillo de cocina encontrado en el taller del pintor.

La Policía Nacional de la Recoleta se trasladó al piso, de la calle Posadas para que el marido de María, el señor Allende, identificara el cuerpo. Pero todo esto no fue posible ya que el cónyugue de la víctima es invidente, motivo por el cual el reconocimiento demoró horas.

Se presume que los involucrados tenían una relación clandestina, y que el detonador de la locura homicida de Castel haya sido el descubrir que ella mantenía contemporáneamente una relación con el noto arquitecto, Hunter . ¿Un simple crimen pasional?

Durante los interrogatorios la mucama de la familia Allende ha asegurado que el señor Castel se trataba con la víctima, pero que no era en grado de establecer que tipo de relación había entre ellos. “Recuerdo que el día del asesinato, alrededor de las cinco y media llamó por teléfono con tono enojado queriendo saber si la señora estaba en casa. Me gritó que había quedado con ella a las cinco. Entonces le dije que yo no sabía nada, que había salido y que se quedaría en la estancia por lo menos una semana. Al cabo de un rato llamó nuevamente para preguntarme si la señora había recibido un llamado telefónico del señor Hunter antes de salir. Me limité a asentir.”

Tras las insistentes preguntas de los agentes sobre las causas que llevaron al presunto asesino a cumplir semejante atrocidad, Juan Pablo simplemente respondió: “La tuve que matar porque me había dejado solo”. Después de algunas horas el pintor sorprendió nuevamente a todos mediante una confesión escrita, “me anima la débil esperanza de que alguna persona llegue a entenderme. AUNQUE SEA UNA SOLA PERSONA” explicó el acusado.

2 comentarios:

Pablo dijo...

Romina tus artículos parecen los de una periodista verdadera, eres extraordinaria... ¡Felicidades!
Besos***

Gise dijo...

Pablitooo ;-) ¡¡¡¡me haces sonrojarrrr!!!! ¡¡¡Muchas Gracias x el comentario!!!