Son innumerables los días que quedan marcados en nuestra memoria, pero entre todos estos hay uno que se destaca porque su marca quedo bien grabada en todo mi ser: El día que dejé Argentina.
Todavía me acuerdo de ese 18/05/2003 como si fuera ayer. Esa tan difícil decisión tomada, por sobre todas las cosas, por culpa de ese gobierno que hasta quiso robarme el futuro y para evitarlo, me obligo a modificar mi presente.
Temblaba, le hechaba la culpa al frío invernal de esa noche, pero los que bien me conocían sabían que eran los nervios, el ansia, la tristeza lo que me hacía tiritar.
- Las valijas ya ‘tan en el auto Alejo, ¡movete que se hace tarde pibe, dale!
Esas palabras hasta el día de hoy me retumban y lastiman porque a esas les siguió uno de los momentos mas desgarradores: La despedida
Decir Adiós a personas que formaban parte de mí, dar un beso a mi abuela que estaba enferma y que hacía poco que había salido del hospital, me destruyó.
Mientras recuerdo, escribo y mientras escribo, revivo el dolor y siento otra vez esa desagradable sensación en la garganta.
Ustedes se preguntarán ¿por qué un día que causó tanto dolor puede ser también el más importante? Porque ese es el día en que volví a nacer, en el que mis ojos vieron el sol desde la parte opuesta del continente, en el que mi piel sintió el calor ¡de Mayo! Porque fue así que comenzó en España la vida de mi otro yo.
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1 comentario:
Quiero aclarar una cosita, en la frase: "-Las valijas ya 'tan en el auto Alejo, ¡movete que se hace tarde pibe!" no me equivoqué en escribir... estaba tratando de imitar el Español hablado en Buenos Aires. XD
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